Baruj Benacerraf: el primer venezolano que ganó un Premio Nobel 45 años antes de Marina Corina Machado

Alejandra Jiménez 10 octubre, 2025

Su hallazgo sobre los genes que regulan las respuestas inmunológicas cambió para siempre la medicina moderna

 ©Especial - El científico Baruj Benacerraf se convirtió en símbolo del talento venezolano en el exterior.

Mientras Venezuela celebra el Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado, es oportuno recordar al primer venezolano en alcanzar la gloria científica mundial: Baruj Becerraf, quien ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1980 por sus descubrimientos sobre la genética del sistema inmunológico. Sus investigaciones sentaron las bases del conocimiento moderno sobre el rechazo a trasplantes, las enfermedades autoinmunes y la respuesta inmune del cuerpo humano.

Baruj Benacerraf, el científico que puso a Venezuela en el mapa del Nobel

El 11 de octubre de 1980, el médico Baruj Benacerraf fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, reconocimiento que compartió con Jean Dausset (Francia) y George D. Snell (Estados Unidos). El jurado destacó sus descubrimientos acerca de las estructuras de la superficie celular determinadas genéticamente que regulan las reacciones inmunológicas.

Benacerraf, de padres marroquíes sefarditas, nació en Caracas en 1920. A los 13 años se mudó a París con su familia, donde cursó estudios secundarios antes de regresar a Venezuela para graduarse de médico en la Universidad Central de Venezuela en 1945. Posteriormente, continuó su formación en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, país del que obtuvo la nacionalidad en 1943.

Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como médico en el Ejército estadounidense, lo que marcó el inicio de una trayectoria científica que lo llevaría a Harvard y a las más altas instituciones académicas del mundo.

Sus aportes revolucionaron la inmunología moderna

Una de las mayores contribuciones de Benacerraf fue su estudio sobre los genes del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), estructuras celulares que determinan cómo el organismo reconoce y responde a los antígenos.

Sus descubrimientos demostraron que la respuesta inmune varía en cada individuo y se hereda genéticamente, según las leyes de Mendel. Este hallazgo fue clave para comprender por qué algunos pacientes rechazan trasplantes y otros son más susceptibles a enfermedades infecciosas o autoinmunes.

Además, sus investigaciones se convirtieron en base científica para pruebas de paternidad y trasplantes de órganos, siendo esenciales en el desarrollo de la inmunología moderna.

Una carrera ejemplar entre Harvard y la Academia de Ciencias de EE.UU.

En 1970, Baruj Benacerraf ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard como profesor de Patología. Dos años más tarde, fue elegido miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

En 1990, recibió también la National Medal of Science, uno de los más altos reconocimientos científicos en Estados Unidos, por su trayectoria y aportes a la medicina.

Aunque desarrolló la mayor parte de su carrera en el extranjero, Benacerraf mantuvo lazos con Venezuela, donde residían sus padres y donde su familia era conocida por su actividad en el sector textil y bancario.

Falleció en 2011, a los 90 años, en un hospital de Boston.

Dos venezolanos con Premio Nobel: ciencia y paz

Cuarenta y cinco años después de su histórico Nobel, Venezuela vuelve a ser reconocida en el escenario mundial con el Premio Nobel de la Paz 2025 otorgado a María Corina Machado, por su lucha democrática y pacífica.

Ambos galardones —uno en ciencia y otro en derechos humanos— representan dos caras del talento y la perseverancia venezolana, y confirman que el país ha sido cuna tanto de genios científicos como de líderes políticos comprometidos con la libertad y el progreso.

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