Polémica en el Vaticano: El cardenal Becciu desafía a la Santa Sede y exige participar en el cónclave
El cardenal Giovanni Angelo Becciu, destituido y condenado por corrupción, ha provocado el primer conflicto del cónclave al presentarse en la asamblea de purpurados e insistir en su derecho a participar en la elección del próximo papa

A tan solo 24 horas del fallecimiento del papa Francisco, el Vaticano ya enfrenta su primer conflicto interno: el cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, destituido en 2020 por un escándalo financiero y condenado a prisión, ha reaparecido en la escena eclesiástica para exigir su participación en el próximo cónclave.
El purpurado de 76 años, uno de los hombres de confianza de Jorge Mario Bergoglio al inicio de su pontificado, insiste en que el papa no tenía autoridad para retirarle su derecho a voto, y asegura que tiene la facultad de elegir —o incluso postularse como— el próximo sumo pontífice.
Escándalo financiero sin precedentes
Becciu fue responsable de manejar el fondo de caridad del Vaticano, el Óbolo de San Pedro, destinado a apoyar obras sociales. No obstante, desvió 250 millones de euros para adquirir un edificio de lujo en Londres, además de transferir un millón de euros —destinados al rescate de una misionera secuestrada— a una cuenta de una amiga personal.
La investigación terminó con su destitución por parte del papa Francisco, quien también lo despojó de sus derechos cardinalicios, incluido el voto en cónclave. En 2023, Becciu fue condenado a cinco años y medio de prisión por corrupción, convirtiéndose en el primer cardenal en la historia reciente condenado por un tribunal vaticano.
Grabaciones secretas y apelación
En un intento por probar su inocencia, Becciu llegó a grabar conversaciones privadas con el papa, pero estas no surtieron efecto legal. Aunque ha apelado la sentencia, el fallo no ha sido revocado hasta la fecha.
Crisis en el cónclave
El retorno de Becciu al Vaticano ha generado tensión entre los purpurados, quienes se preparan para una de las votaciones más trascendentales de la Iglesia católica. La presencia del cardenal condenado plantea dudas sobre la legitimidad del proceso y abre un debate inédito sobre los límites del poder papal.

“Francisco no tenía derecho a quitarme mi voz en el cónclave”, habría expresado Becciu, según fuentes cercanas. Su aparición pública ha encendido las alarmas en el Colegio Cardenalicio, que busca mantener la unidad en un momento de transición crítica.
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