Los retos de la Cámara de Senadores en la administración de Laura Itzel Castillo

Estefanía Arreola 9 septiembre, 2025

Con el precedente de la polémica gestión pasada, Laura Itzel Castillo asume el Senado con desafíos clave

 ©Cortesía/senado - Laura Itzel Castillo es la nueva presidenta de la Mesa Directiva del Senado

Tras un cierre de gestión marcado por el escándalo —con la salida de Gerardo Fernández Noroña y su confrontación a golpes con Alejandro “Alito” Moreno—, la nueva presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez, recibe la batuta con fuertes compromisos: elevar el nivel del debate parlamentario, garantizar una conducción institucional y erradicar cualquier forma de violencia en las discusiones.

En entrevista -publicada desde el área de comunicación del Senado de la República- Castillo subrayó que la política debe ser un vehículo civilizatorio, donde la confrontación de ideas puede generar polémica, pero jamás debe desembocar en agresiones. “Lo rechazo tajantemente: en ningún momento puede haber violencia”, afirmó.

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Conducción institucional con identidad de izquierda

La legisladora destacó que al frente de la Mesa Directiva privilegiará una conducción institucional, sin olvidar su formación en la izquierda, corriente política en la que ha militado toda su vida.

“Tenemos que trabajar para que se desarrolle bien la agenda, con todos los compromisos que tenemos, y dar la palabra a los diferentes integrantes de los grupos parlamentarios”, sostuvo.

Acuerdos antes de cada sesión

Castillo puntualizó que otro de los grandes retos será alcanzar acuerdos antes de cada sesión, con el fin de asegurar un debate ordenado y productivo. Recordó que en cada reunión se presenta un Orden del Día, que debe desahogarse en función de los puntos acordados, siempre respetando los tiempos asignados a cada grupo parlamentario.

Un Senado bajo escrutinio

Con el antecedente del escándalo que marcó la gestión saliente, la nueva presidenta del Senado insistió en que su prioridad será elevar la calidad del debate, evitar la violencia, garantizar consensos y conducir los trabajos legislativos con respeto y disciplina.