"¿Por qué ahora?": Familias dudan de la muerte del feminicida serial de Iztacalco, Miguel Cortés

Metzli Escalante 15 abril, 2025

¿Cómo murió el feminicida de Iztacalco? Las dudas que rodean el caso de Miguel Cortés Miranda

 ©Elaboración propia. - Miguel Cortés Miranda y su domicilio.

Familiares de las víctimas de Miguel Cortés Miranda, conocido como el feminicida serial de Iztacalco, cuestionan la versión oficial sobre su muerte en el Reclusorio Oriente y exigen pruebas contundentes que acrediten su identidad y las causas del deceso.

De acuerdo con la información oficial, Cortés falleció el 13 de abril tras una caída dentro del penal y murió posteriormente en un hospital. Sin embargo, hasta ahora no se ha confirmado públicamente la autopsia ni los resultados de los peritajes.

Familias exigen necropsia y pruebas forenses

Ernesto Hoyuela, padre de María José —una de las siete víctimas del feminicida— compartió una carta en la que expresó su desconfianza respecto al fallecimiento de Miguel N. “Hasta que no nos hayan mostrado el cuerpo, la autopsia o lo que sea necesario dentro del marco legal, yo aún no creo nada”, declaró.

El padre también cuestionó el momento en que ocurrió la muerte: “¿Por qué ahora? Justo en la víspera del aniversario luctuoso de mi niña. ¿Por qué cuando él mismo se había mostrado dispuesto a hablar con las familias de las otras víctimas? ¿Por qué cuando estábamos más cerca de que, al fin, se le dictara una sentencia?”, escribió.

 ©Cuartoscuro.

Las víctimas se enteraron por los medios

Erendali Trujillo, abogada de Casandra —madre de María José— señaló que las autoridades no notificaron oficialmente el fallecimiento del imputado. La noticia les llegó por los medios de comunicación, lo que generó indignación y desconfianza.

Ante esta situación, las familias presentaron quejas formales y solicitaron acceso inmediato a la necropsia y los análisis toxicológicos para verificar la identidad del cuerpo y esclarecer las causas de muerte. “Hay dudas legítimas de que el cuerpo corresponda al feminicida, señaló la abogada.

¿Suicidio, accidente o encubrimiento?

Trujillo también reveló que, días antes de morir, Miguel se comunicó desde el penal con algunas víctimas para burlarse de ellas y decirles que no se arrepentía de sus actos. A raíz de esto, la abogada solicitó una cita urgente con el director del reclusorio, misma que no fue cancelada tras el fallecimiento.

Durante el encuentro, el director aseguró “no tener nada que ocultar” y se comprometió a entregar toda la información disponible. Según Trujillo, el feminicida no tenía sentencia ni había tenido una audiencia formal desde que fue vinculado a proceso en 2024.

La Fiscalía promete esclarecer los hechos

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que se están realizando peritajes, necropsia y análisis toxicológicos para esclarecer la causa del deceso y deslindar responsabilidades. Además, aseguró que los asesores jurídicos de las víctimas ya tuvieron acceso al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses.

Inconsistencias y más preguntas

El periodista Antonio Nieto cuestionó qué tan severa fue la caída de Miguel Cortés para provocar su muerte, o cómo es posible que haya sufrido un paro cardíaco si no tenía antecedentes clínicos. “Antes de entrar a prisión te hacen estudios, y él no tenía enfermedades previas”, indicó.

Nieto también dio crédito a la versión de la abogada respecto a las llamadas intimidatorias, pues aseguró que él mismo fue contactado por Miguel para formalizar una entrevista desde un número privado, no del reclusorio. “¿Cómo es posible que tuviera un celular, siendo un criminal de alto perfil?”, preguntó.

Por su parte, el periodista Carlos Jiménez reportó que, según fuentes penitenciarias, Cortés podría haberse provocado el infarto al combinar distintos medicamentos. Como tenía conocimientos de química, sabía qué mezclas podrían causarle la muerte. Fue trasladado al hospital tras desvanecerse, pero murió poco después.

La muerte repentina de Miguel Cortés, sin sentencia ni una audiencia formal tras su vinculación por feminicidio serial, revela fallas estructurales del sistema penitenciario y de justicia mexicano. Que las familias de las víctimas se enteren por los medios, y no por las autoridades, subraya una constante revictimización institucional.

Además, que un interno de alto perfil tuviera acceso a un celular, y que presuntamente pudiera manipular sustancias para provocarse un infarto, abre interrogantes alarmantes sobre los niveles de corrupción, negligencia y opacidad en los reclusorios. Las víctimas no solo fueron asesinadas: siguen siendo ignoradas.

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