Hundimiento del suelo en CDMX pone en riesgo a millones y anticipa desplazamientos forzados

Mabel González 23 agosto, 2025

Cada vez es más frecuente la aparición de grietas y socavones en la capital del país

 ©Cuartoscuro. - Hundimiento, grietas y socavones en la CDMX.

El hundimiento progresivo del suelo en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se ha convertido en una amenaza creciente para millones de personas. Según un estudio respaldado por la UNESCO y publicado en Science Direct, más de 1.5 millones de habitantes y 457 mil propiedades se ubican en zonas de alto o muy alto riesgo de formación de fallas superficiales, especialmente en alcaldías como Iztapalapa, Chimalhuacán y Chalco.

Además, 751 mil propiedades están expuestas a inundaciones por depresiones topográficas, particularmente en Nezahualcóyotl, Tláhuac, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Ecatepec.

Las zonas más afectadas por el hundimiento en la CDMX

Entre las alcaldías con mayor subsidencia (hundimiento del suelo) destacan:

  • Iztapalapa: hasta 39 centímetros por año

  • Nezahualcóyotl: 38 centímetros por año

  • Gustavo A. Madero: 32 centímetros por año

El estudio identifica puntos críticos como las faldas de la Sierra de Santa Catarina, el Peñón del Marqués (Iztapalapa), el Peñón de los Baños (Venustiano Carranza), y la Sierra de Chichinautzin (desde Tlalpan hasta Xochimilco y Tláhuac).

¿Qué es la subsidencia y cómo afecta a la ciudad?

La subsidencia es el hundimiento progresivo del suelo, provocado principalmente por la extracción excesiva de agua de pozos subterráneos. En la CDMX, esta práctica ha generado hundimientos diferenciados que causan fracturas, grietas, socavones e inundaciones.

Según el geólogo Darío Solano, investigador de la UNAM, la subsidencia es más evidente en zonas como Xochimilco, Iztapalapa, Tláhuac, el lago de Texcoco, y los Peñones de los Baños y del Marqués.

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Impacto en infraestructura: el caso del Metro y el Ángel de la Independencia

Uno de los ejemplos más notorios es el Ángel de la Independencia, donde cada cierto tiempo debe añadirse un escalón por el descenso del suelo. Asimismo, líneas del Metro como la Línea A y vialidades como la calzada Ignacio Zaragoza enfrentan renivelaciones constantes para evitar accidentes.

En áreas como el Peñón del Marqués, cerca de la estación Guelatao, se han observado socavones y pavimentos deformados, debido a la mezcla de sedimentos lacustres y coladas de lava, que provocan movimientos desiguales en el terreno.

Inundaciones y grietas: una consecuencia directa

El hundimiento modifica la pendiente natural del suelo, creando depresiones donde se acumula el agua de lluvia. Esto explica las inundaciones recurrentes en alcaldías como Venustiano Carranza, Iztapalapa, Tláhuac y municipios como Nezahualcóyotl y Ecatepec.

Además, el fenómeno genera grietas estructurales que dañan calles, viviendas e incluso monumentos históricos como la Catedral Metropolitana y el Palacio de Bellas Artes.

70% del suelo de la CDMX es inundable

Construida sobre un antiguo lago, el 70% del suelo capitalino es considerado inundable. Esta condición se agrava por el asfaltado, la falta de áreas verdes y el entubamiento de ríos que antes actuaban como sistemas naturales de drenaje.

A pesar de contar con numerosos pozos, zonas como Iztapalapa enfrentan escasez de agua, producto de una distribución inequitativa. “Los que extraen el agua no la reciben, y también son quienes sufren las inundaciones”, resume el geólogo Sergio Rodríguez, de la UNAM.

El punto de no retorno: desplazamientos forzados en menos de 10 años

Con un hundimiento promedio de 15 a 30 centímetros por año, geólogos de la UNAM advierten que en menos de una década, partes de la ciudad podrían volverse inhabitables, forzando el desplazamiento de miles de personas.

“La compactación del suelo ha llegado a su límite”, advierte Wendy Morales, geóloga de la universidad. “Este es el punto de no retorno. No hay manera de detener el proceso. Solo queda adaptarse o reubicarse”.

Alternativas: descentralización y nuevas ciudades

Los especialistas insisten en la necesidad de desconcentrar la capital y crear nuevos centros urbanos planificados, con acceso a servicios básicos y oportunidades laborales. De lo contrario, el crecimiento desordenado, impulsado por la economía informal y la especulación inmobiliaria, seguirá aumentando los riesgos.

“La gente y los gobiernos deben adaptarse. Si no, muchas personas tendrán que abandonar la ciudad en menos de seis años”, afirma Morales.

Un fenómeno global con impacto local

La subsidencia no es exclusiva de la CDMX. Se trata de un fenómeno global que afecta a ciudades como Venecia, diversas regiones de Holanda, así como a urbes mexicanas como Querétaro, Guanajuato, Celaya, Aguascalientes y Morelia, donde ya se aplican soluciones como acueductos superficiales.

El estudio forma parte de la Iniciativa Internacional de Subsidencia del Terreno de la UNESCO, con la participación de 20 expertos internacionales, incluidos los geólogos mexicanos Dora Carreón Freyre (Centro de Geociencias) y Enrique Cabral Cano (Instituto de Geofísica).

Con información de EFE, Science Direct y UNAM

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