Brote de Chikungunya confina y restringe a China; medidas recuerdan al COVID
Foshan es el epicentro de la enfermedad que ha hecho volver las cuarentenas

Un nuevo brote viral en China ha encendido las alarmas internacionales. El virus del chikungunya, transmitido por mosquitos del género Aedes, se ha propagado rápidamente en la ciudad de Foshan, provincia de Guangdong, generando más de 7 mil casos confirmados y forzando a las autoridades chinas a imponer restricciones similares a las aplicadas durante la pandemia de COVID-19.
Desde julio, el país asiático ha reforzado su respuesta sanitaria mediante cuarentenas, fumigaciones masivas y severas multas para frenar el avance del virus, que si bien no suele ser letal, puede causar fiebre alta, sarpullido, náuseas y dolor persistente en las articulaciones. El brote también ha generado preocupación en territorios vecinos como Hong Kong y Macao, donde ya se han detectado casos importados.
Aunque el chikungunya no se transmite de persona a persona como el COVID-19, su rápida expansión y la alta densidad poblacional han impulsado una respuesta estatal urgente.
Foshan, epicentro del nuevo brote
El chikungunya fue identificado por primera vez en Tanzania en 1952 y desde entonces ha llegado a más de 110 países en Asia, África, Europa y América. Su nombre proviene del idioma makonde y significa “aquello que se dobla”, en referencia a los fuertes dolores articulares que provoca. A pesar de que los síntomas suelen durar una o dos semanas, en algunos casos pueden persistir durante meses, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos graves o letales son poco frecuentes. Sin embargo, el reciente repunte en China —el peor registrado en dos décadas— ha generado inquietud global. En la última semana, se han reportado cerca de 3 mil nuevos contagios en Foshan, un centro industrial ubicado cerca de Hong Kong.
En respuesta, el gobierno ha ordenado medidas “decisivas y enérgicas”, como campañas intensivas de fumigación con insecticidas, inspecciones domiciliarias para eliminar criaderos de mosquitos y liberación de peces e insectos que se alimentan de larvas.
Las autoridades han distribuido mosquiteros y amenazado con multas de hasta 10 mil yuanes (unos 26 mil pesos mexicanos o 1,400 dólares) a quienes no eliminen el agua estancada en sus hogares. Incluso se implementaron cuarentenas para pacientes infectados, quienes son aislados bajo mosquiteros en hospitales, aunque esta medida fue suspendida recientemente.
Una amenaza regional con repercusión global
Además de China, otros ocho países enfrentan brotes activos de chikungunya, incluidos Bolivia, Kenia y Sri Lanka. Por ello, gobiernos como el de Estados Unidos han emitido alertas sanitarias para viajeros, recomendando precauciones extremas al visitar regiones afectadas.
A diferencia de virus respiratorios, el chikungunya se transmite exclusivamente por la picadura de mosquitos infectados. No hay evidencia de contagio por contacto físico, estornudos o secreciones. Las únicas excepciones a la transmisión indirecta ocurren en casos como transfusiones sanguíneas o laboratorios de investigación.
Actualmente, no existe un tratamiento específico ni vacuna para esta enfermedad. La atención médica se enfoca en aliviar los síntomas con reposo, hidratación y analgésicos.
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