Madres buscadoras hallan predio con restos humanos: podrían ser de víctimas de ejecución en Sonora

Mabel González 22 julio, 2025

Madres buscadoras hallan fosa en Pitiquito con restos de hasta 9 personas; fuego y abandono oficial ocultaron el crimen durante meses

 ©Redes -

Un nuevo hallazgo de horror estremeció a Sonora. El colectivo Madres Buscadoras por la Paz localizó restos humanos en una cima desolada del cerro El Repecho, ubicado en la zona rural del municipio de Pitiquito. Tras recibir una alerta anónima con coordenadas precisas, las buscadoras escalaron una pendiente calcinada por el fuego, donde descubrieron huesos humanos, prendas tácticas y casquillos de alto calibre.

De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, los restos corresponderían, de forma preliminar, a al menos seis personas. Sin embargo, la organización civil sostiene que podrían ser nueve las víctimas, todas con evidencias de ejecución y abandono. Los restos estaban dispersos, muchos de ellos dentro de botas, mochilas o pantalones, como si hubieran muerto en formación. Algunos huesos aún conservaban nombres y teléfonos en papeles doblados en los bolsillos: un último intento por ser reconocidos.

Zona de guerra y olvido oficial

Los cuerpos no estaban completos. Todos habían sido decapitados. Las cabezas no estaban en el sitio. El fuego, los animales carroñeros y el paso del tiempo desfiguraron la escena. Aun así, se recuperaron indicios clave: una placa intramedular con número de serie, probablemente de un joven desaparecido en 2024, y fragmentos calcinados de lo que alguna vez fueron identificaciones.

La zona, según testimonios, fue escenario de un enfrentamiento armado el año pasado. Tras la balacera, elementos de la Policía Estatal habrían regresado al punto, no para investigar, sino para borrar rastros: incendiaron estructuras, recogieron casquillos y dejaron que las llamas consumieran posibles evidencias. No reportaron restos humanos. La versión oficial, divulgada en enero desde el C5i, aseguró que no existían indicios de violencia reciente en la región.

Las madres buscadoras lo desmintieron. Caminaron más de una hora, guiadas por intuición y experiencia. Encontraron una fosa extendida en lo alto del cerro, vestigios de trincheras, armas de uso exclusivo del ejército, mochilas derretidas y casquillos .50 de fusil Barrett. Era un campo de batalla olvidado, donde nadie —salvo ellas— volvió a mirar.

El paraje forma parte del corredor violento conocido como "El Dipo", una zona tomada por el crimen desde abril de 2024. Aquel mes, al menos 50 hombres armados descendieron del monte y tomaron Félix Gómez, golpearon casas, desaparecieron a un adulto mayor y provocaron el éxodo de varias familias. Desde entonces, los alrededores son cementerios clandestinos al aire libre.

En un comunicado, la Fiscalía sonorense aseguró que los restos fueron procesados bajo los protocolos forenses correspondientes y trasladados al Laboratorio de Inteligencia Científica Forense en Hermosillo. La identificación final dependerá de estudios antropológicos, genéticos y criminalísticos.

Pero más allá del peritaje, lo que quedó expuesto es el fracaso institucional para garantizar búsquedas eficaces y la constante revictimización de quienes han desaparecido. La dignidad, como tantas veces, subió a pie y bajo el sol.

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