Sin agua en tu colonia, pero con albercas llenas en las lomas: la desigualdad hídrica en CDMX

Estefanía Arreola 29 octubre, 2025

CDMX y el “huachicoleo de agua”: cómo la escasez beneficia a unos y castiga a otros

 ©Cuartoscuro/ gullermoortega - La escasez de agua es un problema latente en la capital.

La crisis hídrica de la Ciudad de México fue descrita por expertos como la paradoja “de un enfermo crónico que mejora y luego empeora y que está constantemente teniendo episodios”. Durante una charla organizada por la Universidad Estatal de Arizona (ASU), especialistas enfatizaron la necesidad de administrar con rigor uno de los recursos más críticos en una de las urbes más grandes del mundo.

¿De dónde viene el agua de la CDMX?

La capital y su zona metropolitana se nutren entre el 25 % y 30 % del sistema de presas del Cutzamala y del Lerma, mientras que el resto del suministro proviene de pozos subterráneos.
Enrique Lomnitz, creador de Isla Urbana, explicó que, aunque las presas estén al 0 % de capacidad, la ciudad todavía tendría agua gracias al subsuelo. Sin embargo, advirtió que la sobreexplotación de los acuíferos puede generar problemas graves en el futuro, pues “extraemos dos o tres veces más agua de la que se reinfiltra”.

 ©Gork - La crisis hídrica ha propiciado el "agua huachicoleo".

El “día cero” y la falacia mediática

El concepto de “día cero” ha sido ampliamente difundido, pero Lomnitz lo calificó de falacia: “Ese planteamiento de que de repente ya no habrá agua fue una mentira desde el inicio”. Por su parte, Rhett Larson, experto en derecho hídrico, señaló que el problema principal no es conservar o aumentar agua, sino entenderla para poder invertir y planear su gestión de manera efectiva.

Desigualdad hídrica: el agua que cae hacia los ricos

Ambos especialistas coincidieron en que la crisis refleja desigualdad social y corrupción. Lomnitz sentenció: “Los pobres siempre enfrentan un día cero… el agua no cae hacia abajo, siempre va hacia los ricos. Ellos conseguirán agua de todas maneras, pero los pobres sufren la escasez constante”.
El investigador ironizó sobre cómo los medios usan el término “día cero” para alarmar cuando afecta a zonas acomodadas, mientras que alcaldías como Iztapalapa sufren cortes crónicos.

Una solución social y optimista

A pesar de la gravedad del problema, los expertos mostraron una visión optimista: “La Ciudad de México no tiene por qué morir de sed; el problema no es la cantidad de agua, sino cómo la sociedad la maneja”, afirmó Larson.
Además, destacaron que la nueva generación de estudiantes tiene el potencial de convertirse en líderes capaces de transformar la gestión hídrica y garantizar un acceso más justo al agua.